Traté de contar esta historia como una mezcla entre pequeños
seres que deambulan en un mar de gente, en enormes estructuras, perdidos entre
la muchedumbre, y sus ojos. La historia de aquel tipo que camina a cien metros
de nosotros en la terminal de trenes, y del que nos separan quinientos cuerpos.
¿Qué lograríamos saber de él si de repente, sin cortes, pudiéramos ver un
primer plano de sus ojos? ¿Qué secretos nos contarían?
Juan José Campanella
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